Sin dudas, los conocimientos teóricos determinan el tipo de
mirada y la actitud que va a tener el terapeuta en su trabajo.
No. Volví a ejercer como terapeuta el día que pude sentir que
cada sesión es Sagrada.
Sagrada porque en ese encuentro hay un profundo respeto y cariño mutuo. Porque no hay nada que juzgar ni condenar. Al contrario, hay en mí una gran valoración por el esfuerzo que está haciendo esa persona para convertirse en alguien mejor, para él mismo y para la sociedad.
Sagrada porque en ese encuentro hay un profundo respeto y cariño mutuo. Porque no hay nada que juzgar ni condenar. Al contrario, hay en mí una gran valoración por el esfuerzo que está haciendo esa persona para convertirse en alguien mejor, para él mismo y para la sociedad.
Y puedo valorarlo porque primero yo misma pasé por el mismo proceso.
Porque hablo desde el conocimiento profundo de lo que se siente al enfrentarse
a esos "monstruos" que creemos tener adentro. Del miedo a lo
desconocido cuando empezamos a cuestionarnos lo que nuestra gente más querida nos
hizo creer por años, o cuando comenzamos a sacarnos lasmáscaras que cubren nuestro verdadero rostro.
Del dolor cuando vemos cómo seguimos repitiendo una y otra vez los mismos patrones de
conducta que ya no nos sirven.
Pero también voy comprendiendo la alegría y la emoción que se
sienten, cuando por fin podemos ejercitar la conciencia como para poder elegir lo que queremos en cada momento.
Cuando comenzamos a "amigarnos" con todo lo que somos, aceptando las dualidades y así, deteniendo la lucha interna implacable que antes se daba.
Cuando comenzamos a "amigarnos" con todo lo que somos, aceptando las dualidades y así, deteniendo la lucha interna implacable que antes se daba.
Cuando vamos viéndonos y viendo a lo que nos rodea con mayor
realidad, sin tantas distorsiones.
Cuando podemos amigarnos con nuestro verdadero rostro, dejando de lado las máscaras que nos cubrían. Cuando comenzamos a encontrar cosas que nos dan placer y nos permitimos hacerlas sintiendo cada día que nos estamos realizando en lo mejor de nosotros.
Cuando ya no dependemos de la mirada del otro para aceptarnos y querernos y podemos decir, convencidos, "ésta SOY".
Cuando podemos amigarnos con nuestro verdadero rostro, dejando de lado las máscaras que nos cubrían. Cuando comenzamos a encontrar cosas que nos dan placer y nos permitimos hacerlas sintiendo cada día que nos estamos realizando en lo mejor de nosotros.
Cuando ya no dependemos de la mirada del otro para aceptarnos y querernos y podemos decir, convencidos, "ésta SOY".
Sí, todo esto lo viví. Y así como siento que gracias a
esta terapia yo pude ir reconstruyéndome
a mí misma según mi verdadero Ser, así quiero poder ayudar a
otros también a lograrlo.
Y para mí, conseguir esto es Sagrado.