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Cómo vivenciamos los arquetipos Junguianos en la vida cotidiana

Los arquetipos son modelos de comportamientos que nos acompañan desde la historia de la humanidad, hasta nuestros días, son modelos de pensamiento y de acción que se encuentran en nuestro Inconsciente Colectivo. esto quiere decir que ese inconsciente colectivo es patrimonio de la humanidad entera, es común a todos y a todas las personas, desde el principio hasta nuestros días.
Carl Gustav Jung, Psicologo suizo, sucesor de Freud, fue el primero en acuñar el término ARQUETIPO E INCONSCIENTE COLECTIVO. Entonces podemos decir que esos arquetipos son elementos que pertenecen al inconsciente colectivo, y éste último es un reservorio de sabiduría ancestral, el cual al ser conocido por nosotros hace que podamos comprender nuestras acciones, nuestros pensamientos, nuestros sueños, y nuestra historia; además el Inconsciente individual colabora con el proceso de individuación con la integración de la sombra personal, completando nuestra persona (máscara), que es lo visible, lo que mostramos al mundo, con nuestro opuesto complementario no consciente, y así paso a paso ir integrando todos los aspectos rechazados por nuestra conciencia en un todo integrado y armónico.Ej: amor versus odio, lealtad versus deslealtad, confianza versus desconfianza, bondad versus maldad, entre muchos otros. Esos arquetipos son: la Gran Madre, Ánima, Ánimus, Héroe, Sombra, Anciano Sabio, el Arquetipo del Niño, el Sí mismo, entre otros.
Por ejemplo La Gran Madre es vivenciada por una mujer en su aspecto positivo con todas las virtudes que goza una madre y que todos conocemos, pero debe integrar la sombra de esa gran madre con  todos los aspectos oscuros: que tienen que ver con la posesión, la simbiosis con el hijo, la manía de la alimentación, para equilibrar tanto los aspectos negativos y positivos de ese arquetipo. La integración de los opuestos, que siempre son complementarios cuando se los integran, nos produce un estado de armonía y equilibrio, ya que mientras más sombra integremos más completos nos sentiremos. los aspectos de simbiosis, fanatismo por la alimentación excesiva o deficitaria, posesión, etc no son malos en sí mismos, son malos en cuanto lo negamos.
Lo mismo sucede por ejemplo con el ANIMA, este arquetipo es lo femenino en el hombre, el aspecto femenino que el hombre debe reconocer, aceptar e incorporar a su psiquis, que son nada más ni nada menos los aspectos más sensibles y pasivos de una persona, que son siempre necesarios para equilibrar a un hombre. Si ese hombre rechaza esos aspectos femeninos pueden traerle muchas consecuencias negativas, por ejemplo la fijación en los roles masculinos, y proyectados en la mujer que acompaña a ese hombre. La consecuencia más grave es la violencia de género o la misoginia.
El ANIMUS, es la parte masculina en una mujer, que debe ser integrada para que la misma pueda accionar, tomar decisiones, ir hacia la actividad, enfrentar conflictos cotidianos, resolver, ejercitar la
lógica, y el razonamiento, como así también la practicidad y la técnica para usar determinados objetos en orden y exactitud.
El arquetipo del Héroe, es importante para enfrentar conflictos emocionales, pérdidas, atravezar la noche oscura del alma, es como si el héroe viniera a rescatarnos para darnos fuerza y perseverancia en nuestro trabajo personal. Si me considero cobarde tengo que sacar al Héroe interior que todos tenemos para poder superarnos y encontrar nuestra fuerza interna. Ese héroe está caracterizado por muchos personajes mitológicos tanto femeninos como masculinos, como por ejemplo Perseo y la Medusa Gorgona, El rey Arturo, el mito de Sísifo, Fausto y Mefistófeles, Parsifal y los caballeros de la mesa redonda, los mitos de los dioses y diosas en la mitología griega, entre otros...
Apelar a la SOMBRA, para integrar a  nuestra personalidad, aquellos aspectos negados, que la sociedad, y nosotros mismos, consideramos malos, negativos, enfermizos etc..Por ejemplo pensamos que somos altruistas.considerando que ser egoísta es malo y entonces debe rechazarse de nuestra conciencia, somos aquello que está en luz, pero en realidad somos todo, y todo está en nosotros. A través del proceso de proyección le transferimos los "aspectos malos" a otras personas u objetos, pero en realidad, esos aspectos están en nosotros, sólo necesitamos iluminarlos, así dejan de ser sombra para integrarlos a nuestra personalidad. Cada vez que ganamos sombra, nos convertimos en seres integrados y completos.
El ANCIANO SABIO, es nuestra propia sabiduría interna, nuestra intuición, que debe ser convocada cada vez que necesitamos resolver algo con inteligencia no sólo racional sino que también la inteligencia emocional. El arquetipo del Niño, que juega en nosotros, integrarlo escucharlo, cuando quiere decirnos algo, para que lo atendamos, lo protejamos y contengamos en momentos que se expresa con actitudes de máxima vulnerabilidad y sufrimiento.El  NIÑO puede ser también representado por los síntomas físicos, señal que ya nos pidió muchas veces ser escuchado y lo hemos desatendido otras tantas, negando nuestros sentimientos y emociones.
Por último diremos que los ARQUETIPOS son por así decirlo, de "otro mundo", de otra dimensión. Poseen la vibración del alma: No se entienden con la lógica sino que se captan por la imaginación, con la fantasía, se presienten, se intuyen, los vivenciamos a diario, y permanecen latentes hasta que son descubiertos  y puestos en acción, de manera inconsciente, o de manera conciente, cuando comenzamos a trabajar con ellos en nuestro trabajo personal de crecimiento y evolución hacia aspectos más elevados de nuestra conciencia.