El tercer chakra correspondiente al plexo
solar, se ubica en la columna vertebral. La glándula que se
asocia es el páncreas, cuya insuficiencia funcional, origina enfermedades como la diabetes.
En lo físico tiene que ver con el estómago, intestino delgado, vesícula,
hígado, bazo, sistema nervioso, sistema osteomuscular de la columna dorsal.
Vibra a un color amarillo oro. El elemento asociado es el fuego, que significa expansividad y efusión. De su vibración y energía
depende que veamos la vida con alegría
o tristeza. De él brotan la risa y el
llanto. Aquí se alojan los órganos que gobiernan el proceso digestivo y a nivel
etéreo se canalizan dentro de los centros primarios hasta los centros
superiores del Amor y del Pensamiento. El chakra Solar es el puente que enlaza
lo de abajo con lo de arriba, del tener al Ser, y del Ego al Yo Superior.
Este centro es el enclave principal del cuerpo
astral o emocional. Aquí la individuación da
lugar a la socialización, se diversifican las emociones: necesidad de
aprobación, ambición de poder, polaridad, el ego y sus manifestaciones: miedo,
poder, odio, ira, resentimiento, frustración y sufrimiento. Así se bloquea este
tercer chakra provocando somatizaciones como gastritis, úlcera, trastornos
hepáticos o digestivos, problemas en la columna dorsal. Una canalización
adecuada de tales emociones primarias permitirá transformarlas en humildad,
amor, confianza en sí mismo y en los demás; poder personal genuino, decisión,
fuerza de voluntad.
Las preguntas que debemos hacernos para empezar a
desbloquear este centro energético es ¿afirmo mi libertad y la de
quiénes me rodean?¿puedo identificar mis emociones negativas cuando me
surgen?
En el estadio evolutivo actual, la humanidad está anclada
en estos tres centros , en él que prevalecen las emociones básicas. La
canalización de esa energía hacia los centros superiores, que conducen a
niveles de conciencia más elevados , requiere de un trabajo interior esforzado
y sistemático, verdadero proceso de transmutación donde las emociones se
subliman, en actos cuyas consignas sean el Perdón, la aceptación y el amor
hacia uno mismo y hacia los demás, para que la energía no quede estancada en
ese centro energético, sino que se siga desplazando hacia niveles de conciencia
superiores, subiendo como la kundalini hacia los centros superiores.