Una de las formas de practicar la autoternura o la autocompasión es despertar nuestro asistente interior que nos alienta y nos lleva a enetender nuestros actos en un contexto de crecimiento personal. Si estamos en un proceso de psicoterapia ya eso es motivo suficiente para el aliento, ya que no sólo que encontramos un camino y un espacio para evolucionar, crecer y entendernos, sino que además es la vía más acertada de autoconocimiento, a partir de lo que podemos expresar, nuestro sentir. Sacar afuera nuestras emociones, vivenciarlas, localizarlas en el cuerpo, preguntarnos a nosotros mismos sobre nuestras necesidades, ponernos en marcha para el despliegue de nuestros talentos, con eso ya estamos haciendo la diferencia, es motivo suficiente para autofelicitarnos, autocomprendernos y auto motivarnos para seguir en esa via. Aprender a escuchar esa voz interna que nos tolera, nos reconoce, nos valora y nos alienta a emprender nuevos caminos y dibujar nuevas opciones para tratarnos y para escuchar diálogos autosanadores y descartar lo que no ayuda a nuestro proceso.Lo importante no es cambiarnos a nosotros mismos, sino aceptarnos y comprendernos dentro de un contexto mayor, integrar nuestra sombra y no descartar nuestras debilidades sino sumar lo n uevo para hacer comprensible lo viejo. Lo importante no es cambiar lo que no podemos, sino aprender a ser siempre la mejor versión de nosotros mismos.