Estamos habituados a entender al hombre y a la mujer como dos entidades sexualmente separadas e independientes. El varón es concebido como alguien dotado de energía masculina y a la mujer como alguien dotado de energía femenina, los concebimos como imágenes separadas en el espacio. Para comprender lo que sucede en nuestro interior es que ser varón no es sinónimo de masculino, ni ser mujer es sinónimo de femenino, sino que tanto el varón como la mujer están constituídos por estas dos energías básicas. El varón está constituído por una energía masculino-femenina, con predominio de la masculina, y la mujer está constituidaq por la energía femenina y-masculina con predominio de la femenina, o sea ambas energías coexisten en los dos sexos.
este hecho ya fue reconocido hace miles de años por el TAOISMO, en la descripción de la relación YIN YANG, Yuno de los precursores de Occidente fue Carl Jung, quien ko formuló en términos de "animus" y "anima", el primero representa la energía masculina y el segundo la energía femenina, y ambos componenetes están presente en el hombre y en la mujer. También en el campod e l a Biología este hecho está perfectamente determinado, ya que el predominio de uno sobre otro define la sexualidad biológica, pero no la psicológica.
La Energía masculina está regida por los siguientes principios:
Iniciativa-Búsqueda; Emisión penetración, tensión, fuerza física, Dureza, acción, pensamiento, Anticipación del Futuro; Renovación, Percepción de lo que se hace, Percepción de la individualidad, Pensamiento lógico-racional.
La Energía femenina está regida por los siguientes principios complementarios al anterior:
Capacidad de espera, Receptividad, Relajación Flexibilidad, Delicadeza-ternura, Sensibilidad-contemplación, Sentimiento, percepción del presente, conservación y cuidado de lo existente, Percepción de la Esencia, Capacidad de entrega, Intuición.
La energía masculina es la que se pone en juego, cuando se realizan actividades que requieren un despliegue de la energía , por ejemplo si tengo que escalar una montaña, explorar el espacio, salir al mundo exterior y actuar sobre el otro, necesitaré por tanto apelar al equipo energético masculino; otro tanto ocurre con su opuesto, si tengo que realizar una actividad que requiera delicadeza, capacidad de cuidado, ternura , necesitaré apelar a mi equipamiento de energía femenina.
Cada ser humano necesita para vivir las dos cualidades de recursos.
los varones han sido criados con la idea de que cuanto más energía masculina se desprenda, más varones o macho serían. A partir de tal creencia cualquier rasgo en un varón que tenga que ver con el despliegue de la energía femenina, es considerado una falla en su condición de varón, de ahí los conocidos calificativos de "mariquita"o "maricón" , con que se suelen burlar a los niños, que expresan algún rasgo femenino. tales términos quieren decir precisamente "varón fallado". A esta idea errónea se le suma el hecho que culturalmente y por preeminencia del "patriarcado" la energía masculina es mejor valuada que la energía femenina, concepción sostenida por la cultura occidental, en tanto que la cultura Oriental, sostiene lo contrario la energía femenina goza de cierta jerarquía que Occidente no contempla.
Esto produce una desconexión en el varón de la energía femenina, esta actitud hace que el varón ante la presencia de un rasgo femenino intente bloquearlo y acentuar los rasgos masculinos, esta actitud quedó convertida en señal de potencia masculina "Los varones se aguantan el dolor y no lloran..." dicho en otras palabras: "Cuanto más se domina a la energía femenina más varón se es".
Esto ha producdo efectos devastadores , en la relación masculino-femenino, tanto en hombres como en mujeres.
En los hombres tal actitud de combate a la energía femenina lo lleva a actuar compensatoriamente la energía masculina, el resultado es una sobrecarga de las funciones masculinas produciendo stress, desequilibrio y agotamiento, que cuando no se resuelve produce enfermedades de gravedad creciente. Otra consecuencia de esta sobreactuación compensatoria es el maltrato del varón hacia la mujer, o sea, tiende a reproducir en ella el mismo estado en el que se encuentra su propio aspecto femenino. Además le hace a la mujer lo que le han enseñado que le hiciera a su propio aspecto femenino: procurar dominarlo, impediorle su vida propia, y tratar de que quede a su servicio para afirmar su condición de varón.
Es muy importante comprender que el problema esencial, no es entre varones y mujeres sino entre energía masculina y energía femenina. Que la energía femenina ha sido maltratada, tanto en varones como en mujeres, y que cada uno está padeciendo las consecuencias de dicho maltrato, , desde su particular identidad sexual. los conflictos en la relación varón-mujer, son simplemente las consecuencias más visibles de aquel maltrato original.
Veamos ahora, como la mujer ha sido afectada en ese proceso:
También la presencia de un rasgo masculino en ella fue interpretado como una distorsión o déficit en su condición de mujer. De ahí el término marimacho o varonera, con que se ha burlado a las niñas con rasgos masculinos destacados. Siendo la mujer la representante natural de la energía femenina, en ella ha recaído con mas fuerza la desvalorización social de la energía femenina y ha padecido en mayor grado la discriminación económicas, legales, psicológicas, etc... en relación a esa calidad de energía. Esta desvalorización ha desarrollado su compensación: el feminismo, para otorgarle a la mujer o hacerse voluntariamente de esa energía masculinba que se ha vedado por tantísimo tiempo.
El tema es que tanto varones como mujeres debemos equilibrar esas dos energías en nosotros mismos, lograr dicho equilibrio dentro de nuestra pareja, tratar de hacer uso de ambas energías para no producir desbalances y luchas innecesarias, ya que demasiada energía masculina y casi totalmemte masculina desplegada, trae aparejado un predominio del varón maltratando la energia femenina, y a la mujer que es la que representa ese papel.
En la clínica psicológica se observa la dinámica de energías en ambos participantes de la pareja, por separado, y su consecuente funcionamiento conflictivo y desequilibrado emergiendo como consecuencia conflictos entre el varón y la mujer; la creencia es que es un problema de pareja pero en realidad y dicho en términos transpersonales es un conflicto entre las energías femeninas y masculinas. Si cada participante puede observar como juegan esas energías ylosmcanismos que intervienen, en cada uno de ellos se estaria más cerca de solucionar el conflicto que genera un
síntoma en la relación de pareja.