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Cuando las personas llegamos a la mediana edad: Las crisis de la madurez

La crisis de la madurez nos obliga a revisar nuestra vida y buscar la forma de conferirle un sentido más profundo. Para esto, debemos tener en cuenta que la creación y la destrucción constituyen aspectos fundamentales de la vida. A medida que el tiempo pasa, vamos tomando conciencia del proceso universal de destrucción que acabará con nuestra existencia y esa misma conciencia, nos lleva a afirmar con más vehemencia nuestra propia vida y de las generaciones venideras. Nadie alcanza los cuarenta o cincuenta años, sin haber experimentado de alguna manera las dolorosas consecuencias de la destructividad humana. De una u otra manera, los demás han dañado nuestra autoestima, dificultado nuestro desarrollo, obstaculizado, de una u otra forma, el logro de lo que más deseábamos y, en ocasiones, nosotros mismos hemos sido los causantes del sufrimiento de nuestros semejantes (incluyendo a nuestros seres más queridos)En definitiva esto significa, que deberemos hacernos cargo de todo lo que ha sucedido, cuánto daño me han hecho y cuanto de daño pude ser capaz de haber hecho a otros, incluso a mi mismo/a. Para ello debemos preguntarnos, en qué medida he renunciado a asumir mi responsabilidad con respecto a mis seres queridos, y a situaciones que afectaban a otros seres humanos? De qué modo me he traicionado a mi mismo y he desaprovechado las oportunidades de crecimiento que se me han presentado.? Esta toma de conciencia nos lleva a comprender más profundamente el papel que juega la destructividad en nuestra propia vida y en los asuntos humanos en general. El trabajo es consciente ahora, y consiste en reelaborar los sentimientos y experiencias dolorosas. Hay quienes articulan sus nuevos conocimientos de manera verbal, , otros en cambio, lo expresan estéticamente a través de la música, la pintura o la poesía pero la mayoría, simplemente se dedican a seguir viviendo su propia vida, sin más cuestionamientos. En cualquier caso, nos veremos obligados  a reconocer nuestra responsabilidad y nuestro dolor, como víctimas y villanos, de la interminable historia de la crueldad del hombre consigo mismo. Si el peso de la culpa y el sufrimiento es excesivo seremos incapaces de superarlo y nos veremos obligados a seguir creyendo que la destructividad es de otros, y que en nosotros eso no existe, entonces, nuestra capacidad de amar, crear y afirmar la vida se verá seriamente perjudicada. Durante las crisis de la mediana edad, se producen pérdidas, hay que realizar duelos por dejar atrás la juventud que ya no es,y asumir que hemos sido destructivos muchas veces con los otros y con nosotros mismos boicoteando nuestros deseos, o boicoteando el deseo de nuestra pareja, hijos, etc...Esto implica un aprendizaje que no se realiza de manera intelectual, leyendo libros, asistir a cursos, sino en las entrañas de nuestra propia vida atravesando períodos de sufrimiento, confusión, rabia contra los demás, y contra nosotros mismos, nostalgias por las oportunidades de que desaprovechamos etc ...y los aspectos pérdidos de nuestro propio Yo. Pero, en esta crisis de la mediana edad, se pone en juego la inteligencia emocional del héroe, que, sale de su zona de confort impelido por su sufrimiento, y comienza a recorrer un camino distinto del que venia recorriendo, revisando su propia vida, asumiendo pérdidas y batallas no libradas en pos de alcanzar siempre la victoria, que equivale a asumir toda su vida pasada como un camino que lo llevará a una nueva perspectiva, asumiendo por fin que la transformación personal viene de entender sus sombras, su propia destructividad, pero también sus luces y su gran poder de creatividad, donde DESTRUCCIÓN Y MUERTE ES SEGUIDA POR UNA NUEVA CREACION Y VIDA DIFERENTE. Esto se consigue con humildad y amplia aceptación de las sombras y entender por fin que la maldad y la bondad intrínsecas en el Ser humano son dos caras de la misma moneda, y que si existe la nobleza también existe la ruindad. Abrazar tu sombra es inevitable, sino podemos cometer el llamado "el pecado de hubris" que tiene que ver con la omnipotencia, la inflación del Ego, y la arrogancia. .