La visión holística de la Gestalt hace que veamos al consultante como un ser humano en su totalidad. Este es el punto de partida de la terapia Gestalt. No intervenimos en el punto de la enfermedad como en la medicina o en la parte afectada del automóvil como en la mecánica, sino que nuestros lineamientos nos hacen ver que somos una totalidad integrada (no atomizada) en donde el todo es más que la suma de sus partes. De allí que no etiquetamos o mejor dicho no sentenciamos ad perpetuam al paciente con su diagnóstico clínico, más bien intentamos liberarlo de esos rótulos y de todo ese marco clínico que lo amenaza.
UN EJEMPLO DE LA VISIÓN GESTÁLTICA
Muchas veces vemos a algunas personas y en automático "nos movilizamos" (nos conectamos con la sensación) y decimos: "esa persona me desagrada, me fastidia, me molesta, me incomoda, etc.," cuando esto pasa es porque quizá hay en esa persona algo que es tuyo (tu proyección) y que no lo quieres reconocer en ti ni aceptarlo. Tomar consciencia de ello es recuperar tu proyección y aceptarte tal como eres e integrarlos como una parte valiosa de ti que puede ser utilizado en el momento que sea necesario. Perls decía en "Yo, hambre y agresión" que así como nuestros dientes trituran (una forma de violencia) los alimentos para deshechar lo que no le sirve al organismo, así también nuestra cólera, rabia, agresión, egoísmo si los usamos oportunamente nos permiten "triturar" toda la bazofia que muchas veces aceptamos. No es malo decir: "Vete a la mierda" cuando nos hacen daño o: "Te rompo la cara" cuando nos hacen la vida imposible. Ser desconfiado, controlador o egoísta en algún momento forma parte de esa trituradora (o molino según Perls) que nos libera de la neurosis.