Tagged Under:

La Ira: una emoción con poca prensa

Desde muy pequeños nos enseñaron a reprimir a la Ira, que basicamente es una expresión del enojo, un mandato familiar muy fuerte, _No te enojes!!! nos llevó a reprimir esta emoción y el niño, devenido luego en adulto, aprendió a esconder o meter en la mochila invisible del Inconsciente esta emoción tan instintiva y poderosa. Sucede que, mientras más Ira escondamos o guardemos, más va a tratar de expresarse por otras vías. Una de las vías que elije para salir y manifestarse es el cuerpo. Y ciertos lugares específicos del cuerpo con determinados síntomas particulares e individuales para cada caso. Reprimir lo Instintivo es tremendo esfuerzo  que tiene que realizar nuestro aparato Psíquico, y más Ira guardemos más desgaste energético tenemos que desplegar para sostener esa represión. El resultado puede ser también una depresión, más allá que muchas veces el organismo se haga cargo también de tal esfuerzo.
Mucha gente se pregunta luego de esto: Qué hago? Porque si reprimir me puede traer enfermedades, expresar la Ira compulsivamente puede traerme otros problemas, y de  hecho que es así desde lo social, familiar o vincular. Lo que me enoja produce desgaste en las relaciones, y lo que parece una solución termina conviertiéndose en la suma de un problema al que ya tenemos.
Entonces, cuál es la solución? En primer lugar y desde la gestalt aprenderemos a darnos cuenta de las cosas que no nos gustan y sobre todo  lo que nos enoja. Qué situaciones no puedo tolerar? La solución siempre es identificar ese enojo cuando está instalado o apenas surge, me doy cuenta con todo mi cuerpo, con todo mi ser la presencia de ese enojo, lo identifico lo observo, y ese simple hecho me hace ver lo que me está pasando. Luego localizo en el cuerpo lo que siento, dónde está localizado ese enojo.
Respiro profundo y nombro esa emoción para poner en palabras lo que observo desde mi Ser Interno. A veces esto cuando no es fácil porque no puedo hacerlo en primera instancia, la reacción instintiva sale y sale de manera agresiva, es imparable, incontrolable. Aún así es mejor que salga, porque sabemos lo que produce el enojo reprimido.
Luego encontraremos formas, maneras, de expresarlo, desde la sinceridad con nosotros mismos y con la otra persona, motivo del enojo. Muchas veces se podrá expresar con un -Estoy enojado/a porque esto que hiciste ..., y eso ya es sincerarme con el otro, no importa la respuesta del Otro. Importa que lo pude decir. Y esto ya adquiere otro tono....para el otro y para mí. Y la respuesta es que más allá del tema que me produce enojo, puedo de esa manera darle una salida a aquello que me molesta y me produce tanta rabia o enojo.  Poder decir -¡Esto me enoja! Esto no lo quiero para mí! y hacerselo saber al otro es una salida que alivia y pone las cosas en su lugar, tanto desde lo emocional personal, como para la persona que escucha el mensaje. De esa manera el enojo inicial comienza a dar paso a la Aceptación y al perdón, que de otra manera no podría darse si el enojo no se hubiera procesado, dando pie a una onerosa represión.