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Arrepentirse es una total pérdida de tiempo: Sin embargo es importante aprender de la experiencia, y soltar lo que fue.


Los seres humanos estamos caracterizados por ser imperfectos, y sabemos que  en esta vida vinimos a ser felices y por lo tanto nos equivocamos porque es la esencia misma de las experiencias que vamos teniendo. El problema es la relación que tenemos con el error, Creemos que el error es condenatorio, y una vez dicho y hecho ya no hay vuelta atrás. Así fuimos condicionados, y la verdad es que el error nos ayuda a darnos cuenta como muchas veces nos lastimamos a nosotros mismos, o culpándonos o no viendo esta simple verdad que el error está en nuestra vida para que evolucionemos a través del aprendizaje cotidiano. Lo importante es saber qué acciones no volveríamos a hacer, soltar el lamento por lo que no fue, y comenzar a diseñar un nuevo camino a emprender, teniendo claro además que personas seguirían en mi mundo y que otras dejaría de lado. No por juzgarlas sino porque cuando las personas no hacen cosas para sanar y pedir disculpas, es mejor retirarse agradeciendo lo que pudimos aprender gracias a esa experiencia. 
Cada experiencia es una oportunidad para cambiar nuestra vida en algún sentido, y poder transitar con nuevas herramientas en este mundo tan cambiante y  misterioso . Una de las razonas por las que ocurren situaciones que nos duelen es que debemos tener claro que todo lo que sucede tiene un propósito, y las personas aparecen a nuestra vida para que aprendamos de ellas, de manera positiva o negativa. Está comprobado que el dolor de las malas experiencias nos hacen evolucionar más que de las buenas experiencias. No por esto debemos sufrir, sino que todo lo contrario. Sanar y aprender es la clave. De esa manera comienzan a surgir acontecimientos impensados para nosotros, acontecimientos que nos tocan el alma, y así poder transmitir estos aprendizajes a las siguientes generaciones. No es necesario hablar de lo que nos pasó, es una energía que se despliega cuando aprendo. 
No hay edad para aprender, hasta que permanezcamos en este plano estamos en posibilidad de aprendizaje. Nuestro adn cerebral, y el descubimiento de que mientras más usemos nuestro cerebro más evolucionado, las neuronas se reproducen más activamente, porque mientras más aprendamos más nuestro cerebro se conserva joven y vital. 
El arrepentimiento genera una sombra muy densa llamada culpa, culpa por los otros, culpas por nosotros, quizás tengan que ver con personas que se cruzaron en nuestro camino y nos dañaron, comenzar un trabajo que no nos reconocieron, una pérdida de dinero, una promesa que no fue cumplida, un desengaño con un amigo, dejan heridas y cicatrices, generan una herida que debemos cerrar. 
Quizás en primer lugar tendríamos que realizar un duelo, para generar un proceso y soltar al final del recorrido, eso que nos atornilla el alma. Quizás debamos enfrentarnos a las broncas, la ira, el resentimiento, y sanarlos. Cómo? aceptando eso que pasó sin negarlo, darme cuenta como muchas veces nos lastimamos porque siempre fue así, y parar con esto de una buena vez. 
Esto es muy común en personas de edades entre 20 y 40 años por que es la etapa donde más intensificado está el tema de los aprendizajes. Aquí es donde verdaderamente se aprende. Cuando pasamos la barrera de los 65 años se torna más complejo, aunque nunca es tarde para aprender nuevas formas, y que cada experiencia y cada herida es una oportunidad para que entre la luz y nos conecte con nuestro verdadero SER, y nuestra sabiduría interior. 
¿Qué hacer entoncesEs importante saber que cada vez que nos equivocamos lo primero es aceptar nuestra responsabilidad, sin culparnos, esto nos lleva a la dignidad de haber reconocido eso que sucedió. Allí contactamos con la reparación de la historia. En primer lugar, dejar esa relación o esa experiencia dolorosa, como primer a medida, aunque nos cueste, eso ya es dignidad. También puede ser pedir perdón por los daños que pudimos habernos hecho, Perdonarnos a nosotros mismos, y luego la segunda reparación tiene que ver con algo más intimo y complejo, que es sanar nuestra autoestima, cada retazo de auto-concepto que fue desgastándose en esa experiencia, volver a repensarnos desde otro lugar, y volver a nuestra esencia a lo que siempre fuimos y seremos, preguntarnos que tengo que aprender de esta experiencia y soltar para siempre la palabra "arrepentimiento". Es decir volver a reconstruir nuestra "Autoestima". Ya que sio no lo hacemos corremos el riesgo de que estas heridas no sanen y nos lleve a resentirnos cada vez más. Aprender es darnos permiso para reinventarnos y sacar lo mejor de la experiencia acontecida. Soltar las creencias limitantes y seguir por la vida más libre de equipajes.
Lic. Miryam Barovero  
3512467943
Psicóloga Gestáltica Transpersonal/ Córdoba/ República Argentina
Eneagrama/Programación Neurolingüistica/Hipnosis Ericksoniana/
Retiros "Abrazando tu poder personal"