Tagged Under:

Duelar lo que no pudo ser: Cuando lo que esperamos no llega

Llega un momento en la vida de muchas personas que es como si estuvieran en una gran sala de espera con muchas personas aguardando que se abra la puerta de algún consultorio donde no hay nadie atendiendo o trabajando. La puerta nunca se abre, y, sucede que pasan mucho tiempo ahí  al frente de ese lugar, quizás horas, días, meses, años aguardando lo que no es, quedándonos firmes en la idea enquistada de como deben o deberían ser las cosas. De esa situación está hecho nuestro sufrimiento porque nos negamos a soltar esas ideas o proyectos o situaciones porque nos produce mucho dolor. Es más soportable esperarlo que asumir que cuando no llego en su momento, no llegará si lo seguimos esperando deteniendo nuestra vida en esa espera.
Aprender a despedir aquello que no pudo ser, o lo que no se dio es altamente liberador, es como realizar un duelo de nuestras esperanzas, de lo que no se nos dio y lo que por diversas razones no fue. Esto puede resultar muy fuerte y tan doloroso como realizar un duelo por alguien que por distintas razones, se fue de nuestras vidas.
Y lo que esperamos es todo tipo de situaciones:...que alguien nos reconozca...que alguien nos ame...que una pareja vuelva...que nuestros padres nos acepten como somos...que nuestros hijos vuelvan y nos valore...etc., Esto retrasa nuestra evolución y nuestro crecimiento personal, nos cristaliza, nos detiene, y nos deja en un lugar de mucho enojo y mucha tristeza porque no "logramos" aquello por lo que luchamos tanto y que no llegó o no se quedó en nuestras vidas. Aceptar lo que es, nos libera de nuestras expectativas obsesivas y para eso, llega un momento que lo que tenemos que dhacer es "re-nunciar a lo que produce dolor para volver a enunciar con palabras otras realidades, otras posibilidades. de esa manera nos daremos la oportunidad de transitar otros caminos, no explorados y descubrir talentos que teníamos dormidos o transitar por zonas más acordes a nuestro crecimiento personal. Aceptar y aprender de esas experiencias de falsa ilusión nos posiciona en un principio de realidad y avanzar perdonándonos y liberarnos de nuestros condicionamientos. Dejar que fluya la energía hacia otros lugares es duelar lo que no pudo ser,